Tribulaciones de un contribuyente en Catalunya

Em demanen que faci una factura intracomunitària. Com que la delegació d’hisenda em pilla a prop vaig a veure que em diuen. Arc detector de metall, “deje las llaves y el móvil”, guàrdies civils, seguretat, “quítese la gorra”… Apa, sóc a dins! ara la maquineta que et dona el número per anar al taulell on demanar informacions i uns altres numerets.

La gent no s’impacienta, passen els minuts i em toca el noi que – m’hi he fixat – envia tothom, gesticulant, a la primera planta. Té una diversitat funcional, pel que sembla, i no s’entreté gaire escoltant la meva explicació. NIE i cap a la primera planta.

Arribo. Espero una estoneta i el meu número pampalluga en una pantalla al damunt del cap d’un paio gras.

“Bon dia” li dic. Amb un gest solemne m’atura en sec: “En espanyol”… Ni sisplau ni hòsties, como en los viejos tiempos, si senyor!

“Pues, “Buenos dias”, Bueno verá, he de emitir una factura como operador intracomunitario y no sé cómo hacerlo”, le explico.

“Pues haciéndola!” replica el orangután partiéndose la caja.

Me pongo en modo “ciudadano de a pie que no quiere acabar en comisaria”: “Si, ya, ahahah… Lo que quiero decir es que tal vez haga falta un número de registro especial y…”

“Vaya a la tercera planta” me vuelve a cortar el funcionario español mucho español.

A la tercera planta hi ha més maquinetes que donen números. Intento endevinar quin em convé més. Escullo “módulos” ja que em sembla que necessitaré un imprés i ja em diran quin…

La maquineta em dona cita per a mitja hora després (¿?). Al taulell dels módulos dels collons no hi ha ningú així que m’hi apropo i crido l’atenció d’una senyora amable que s’apropa i em diu “necesita algo?”. Li explico el cas i ella, comprensiva: “no, no, no es un módulo lo que necesita usted, sino un modelo, le apunto cual y tiene que ir a pedírselo a la planta baja al directorio”.

Vuelvo a la planta baja aguantándome las ganas de hacer parada en la primera para decirle algo al gordinflón ibérico. Numerito again y espera. Los informadores de 3 han pasado a 2, o sea que tengo el 50% de posibilidades que me toque el de antes y que vuelva a la casilla de salida como en el puto juego de la oca, que nunca le he visto la gracia.

No! Por suerte me toca la otra. Una señora que me atiende nada menos que en catalán, me da el impreso que le pido y un numerito para otra ventanilla de la misma planta. Otra cola y una señora con cara de pocos amigos me pregunta que qué quiero. Se lo reexplico, me dice que rellene el impreso : aquí, aquí y aquí!

Doy las gracias, me voy a un rincón, relleno el impreso y vuelvo. Documentos? Por supuesto, pasaporte y como que a la policía no le da la gana de darnos un documento identificativo con el NIE de los huevos, carnet de conducir que sí lo pone. Firme aquí. Vuelva a firmar. No es la misma firma. La señora me mira con suspicacia.

“No, mire – le digo – en mi vida nunca he hecho dos firmas iguales”. Sonrío simpático.

“Pues tendrá que aprender!” replica ella.

En fin, tres o cuatro intentos después consigo un resultado que la mujer considera aceptable.

“Bueno y qué tengo que hacer ahora?” pregunto.

“Pues, mire por internet cuando va a salir el número”. Me despide ella.

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